La bioresonancia, también conocida como BRP, fue desarrollada por el médico alemán Dr. Morell y por el ingeniero eléctrico Erich Rasche con ayuda de las investigaciones realizadas por el Dr. C. Smith, de la Universidad de Salford (Reino Unido). De acuerdo con la hipótesis de la mecánica cuántica formulada por Louis de Broglie, Premio Nobel de Física en 1929, la idea de que la materia está compuesta de partículas elementales es solo un aspecto de la realidad. El otro aspecto es la naturaleza de la onda con las acciones a distancia resultantes de la resonancia, es decir, el mismo efecto que se produce cuando un diapasón hace vibrar la cuerda correspondiente en el piano.

El objetivo de la bioresonancia es reducir y eliminar las vibraciones patológicas (enfermas) y fortalecer al mismo tiempo las vibraciones fisiológicas (sanas) en las células. Por desgracia, en el mundo actual estamos expuestos a multitud de interferencias.

Una alimentación incorrecta e inadecuada, la radiación electromagnética, las toxinas ambientales, el estrés y una enorme cantidad de sustancias químicas simplifican la vida moderna, pero suelen exigir a cambio el precio de nuestro bienestar. Algunas enfermedades como las alergias, la dermatitis atópica, los problemas estomacales y digestivos, los problemas respiratorios y el síndrome de estrés por agotamiento profesional, entre otras, son parte del día a día de muchas personas. La técnica de la bioresonancia permite aliviar y curar estas dolencias, que en muchos casos son crónicas.